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"El arte no sólo tiene a su disposición toda la riqueza de las formas naturales, en sus infinitas y variadas apariencias, sino que la imaginación creadora aún la hace capaz de exteriorizarse en intenciones en las que ella misma es una fuente inagotable."
G.W.F. Hegel. Introducción a la estética. Ediciones Península. 1979
Para Hegel, la estética es la filosofía del arte, o lo que es lo mismo: la ciencia de la belleza artística. Dos siglos después y, por tanto, desde una perspectiva contemporánea, tenemos la obra del artista multidisciplinar Luis Soares (Lourenço Marques, hoy Maputo; Mozambique. 1952), para quien la búsqueda de la belleza es la piedra angular de sus creaciones artísticas, pero no bajo el concepto de la belleza tradicional y clásica, sino de la belleza interior, del espíritu de las formas naturales y de las infinitas representaciones de los objetos cotidianos.
Posiblemente el hecho de haber nacido en un país africano, donde el color, la luz y el paisaje son fuentes de inspiración creativa, haya influido en su obra, pero si a ello le sumamos las influencias que recibió a través de sus viajes por Europa, su obra es el resultado de la fusión de ambas culturas.
Soares se considera un artista autodidacta, aunque esto no es del todo cierto, ya que existe la teoría, que considero errónea, de que si no asistió a una Escuela o Facultad de Bellas Artes, esto significa que no tiene suficientes conocimientos teóricos. La realidad indica lo contrario, ya que las enseñanzas también provienen de la participación en talleres de artistas o cursos específicos, tanto teóricos como prácticos. Y este es el caso de Luís Soares, que se interesa por todo tipo de manifestaciones creativas: pintura, dibujo, escultura, cerámica, muralismo, vidrio, obra gráfica, etc.
La actividad artística de Luís Soares comenzó muy pronto, ya que a los 16 años ya mostraba sus obras pictóricas en Mozambique, principalmente acuarelas, pasteles y lápices de colores. En 1974, realizó su primera exposición individual importante en la Casa Amarilla de Lourenço Marques. Ese mismo año se aventuró en el campo del muralismo y la escultura, utilizando bronce, aluminio o incluso, aunque parezca contradictorio, elementos de chatarra.
Unos años más tarde, concretamente en 1982, conoció al ceramista catalán Antoni Cumella, que le enseñó a aplicar la técnica del gres a sus obras. Para entonces, Soares ya vivía en Portugal y viajaba con frecuencia por Europa, donde exponía en diferentes países. Su primera exposición en España no fue hasta 1986, en la Galería Beruet de Logroño, donde expuso su obra regularmente hasta mediados de los noventa.
Ramón Casalé
Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte
